Espejo
Espejo
testigo de las cuitas de otro,
guarda
mis recuerdos de niña,
aprendió
conmigo a recitar,
me
enseñó ademanes,
escuchó
mis cuentos.
No
se quejó…
ni
se cansó de oír.
¿Dime
espejo… era feliz?
_
¡Sí!
Cuando
veías la muñeca
que
celosamente guardaba la abuela.
La
muñeca vestida de novia
que
te trajo tu papá del extranjero
_
¡No, no la saques, la vas a ensuciar!
Entonces
sólo entonces…
se
apagaba la alegría.
Vuelve
la lluvia,
vuelven
los huracanes.
El
tiempo deja huella en el rostro
más
no en mi corazón.
Vuelven
los recuerdos niños,
sueños
de amor e ilusiones,
la
brisa, los árboles caídos.
Arroyos
donde corrían mis pies descalzos,
barquitos
de papel.
Se
tejía la coraza que protege el corazón
de
pagar culpas, de expiar dolor.
Quisieron
apagar el fuego
de
la erudición y la fantasía,
callar
el jilguero que habita en mí.
Lágrimas
y más lágrimas
no
me han robado la sonrisa.
Me
cobijé de árboles, historias,
encantamientos
y
consejos
de la abuela.
Perdí
algunas ilusiones
más
no los sueños.
Karime
¡Misericordia
Señor, misericordia!
Por
la que debía volar y
le
cortaron las alas.
Por
la que dejó sus muñecas en solitud.
Por
esa madre que perdió un ángel,
por
mi gente que sufre barbarie…
coacción
de libertad.
¿Dónde
está la Esperanza,
la
Pureza y la Pasión?
¿Dónde
está mi pueblo feliz?
Un
ángel ha caído
sabe
Dios de qué manera,
una
lápida fría
fue
su sepulcro.
Tapia,
sobre tapia
ocultó
el pecado.
Queda
el eco de su risa,
la
música de su canto…
voz
que no olvidará la familia.
Se
exalta la Pasión
el
pueblo clama
¡Justicia!,
¡justicia!
Tras
altas puertas
sólo
hay silencio… silencio.
Piden
que rueden cabezas
¿De
quién Señor, de quién?
Misericordia
te pido y
un
vigía en cada hijo tuyo.
¡Danos
Padre mío
la
luz de la tolerancia!
América
Guerrero González.