VOCES DEL UNIVERSO

VOCES DEL UNIVERSO

lunes, 15 de septiembre de 2014

CLAUDIA ELIZABETH CASTILLO VELASCO

AMBIVALENTE


Yo vivo muy seguido
ya veces también muero;
despierto en las noches,
en el día es mi sueño.

A veces soy blanco,
otras veces soy negro.
¿Qué más da si soy ambos,
o me pongo en el medio?

Soy aurora boreal,
que desciende del cielo.
Soy la rosa naciente
donde se anidan tus besos.

Soy la grieta eventual,
de los murmullos sin causa;
soy el rocío de lluvia
que en las flores se instala.

Soy la mano que tomas,
cuando tú te levantas,
soy el pie que se cruza,
cuando el otro resbala.

A veces creo en una mentira,
siempre dudo de los que confío.
camino a través estos versos,
impregnados de suspiros.

Recuerdo al que me olvida,
olvido a quien me recuerda;
sumergida en absurdos,
secretos que queman.

Se derrama la arena,
como diamantes de seda,
fluyen imperantes,
como ríos de ideas.

Viajando en silencio,
en la oscura penumbra,
carcajeo estridente,
mientras el sol me alumbra.

Desafiando creencias,
enenormes ciudades,
creo en mi misma,
eso es lo importante.

Voy de un extremo a otro
con demasiada sencillez,
así como cae en el viento
una hoja de papel.

Cambio de parecer tan rápido,
así como se rompe el silencio.
Soy y no soy nada,
siempre al mismo tiempo

taciturna, alegre; llena, vacía,
segura, indecisa; tierna, agresiva.
La misma persona, gira y gira,
en una ruleta, desafiando la vida.

La dualidad está en mí,
y también el equilibrio;
nada se debe decir…
de lo que aún no está escrito.



EL MIRAR A LOS OJOS

Puedo verte sin remedio,
y adentrarme en tu alma;
¡que preciado placer!
Me concede tu mirada.

Más allá del tiempo,
de lejanos horizontes,
aquellas perlas cristalinas,
¡hipnotizan mis temores!

Permíteme observar,
a quien tengo de frente,
contemplar esos luceros;
¡parpadean inminentes!

No te escondas detrás,
de tu impenetrable barrera.
¡Muéstrate tú mismo!
Déjame sentir tú esencia.

Anhelado manjar,
asomarme en tu ventana,
que me invita a probar
¡las heridas del alma!

Quiero descubrirte,
descifrar todo código,
que esconde aquel velo,
puesto en tus ojos.

No rehúyas la vista,
no te escondas, no evadas,
¿no ves que me embelesa,
la energía de tus pupilas claras?
                                                   
¡Hagamos contacto visual!
Hazme saber que estas presente,
que toda tu atención,
tú me la concedes.

Porque si esos cristales,
tú posas aquí,
todo derrumbas,
muy dentro de mí.

Ardientes luceros,
fanales incandescentes,
concédeme entender,
al ser humano que siente.

Retinas humeantes,
iris deslumbrante,
mirarte a la cara…

¡es un placer insondable!


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