AMBIVALENTE
Yo
vivo muy seguido
ya
veces también muero;
despierto
en las noches,
en
el día es mi sueño.
A
veces soy blanco,
otras
veces soy negro.
¿Qué
más da si soy ambos,
o
me pongo en el medio?
Soy
aurora boreal,
que
desciende del cielo.
Soy
la rosa naciente
donde
se anidan tus besos.
Soy
la grieta eventual,
de
los murmullos sin causa;
soy
el rocío de lluvia
que
en las flores se instala.
Soy
la mano que tomas,
cuando
tú te levantas,
soy
el pie que se cruza,
cuando
el otro resbala.
A
veces creo en una mentira,
siempre
dudo de los que confío.
camino
a través estos versos,
impregnados
de suspiros.
Recuerdo
al que me olvida,
olvido
a quien me recuerda;
sumergida
en absurdos,
secretos
que queman.
Se
derrama la arena,
como
diamantes de seda,
fluyen
imperantes,
como
ríos de ideas.
Viajando
en silencio,
en
la oscura penumbra,
carcajeo
estridente,
mientras
el sol me alumbra.
Desafiando
creencias,
enenormes
ciudades,
creo
en mi misma,
eso
es lo importante.
Voy
de un extremo a otro
con
demasiada sencillez,
así
como cae en el viento
una
hoja de papel.
Cambio
de parecer tan rápido,
así
como se rompe el silencio.
Soy
y no soy nada,
siempre
al mismo tiempo
taciturna,
alegre; llena, vacía,
segura,
indecisa; tierna, agresiva.
La
misma persona, gira y gira,
en
una ruleta, desafiando la vida.
La
dualidad está en mí,
y
también el equilibrio;
nada
se debe decir…
de lo que aún no está escrito.
EL MIRAR A LOS
OJOS
Puedo
verte sin remedio,
y
adentrarme en tu alma;
¡que
preciado placer!
Me
concede tu mirada.
Más
allá del tiempo,
de
lejanos horizontes,
aquellas
perlas cristalinas,
¡hipnotizan
mis temores!
Permíteme
observar,
a
quien tengo de frente,
contemplar
esos luceros;
¡parpadean
inminentes!
No
te escondas detrás,
de
tu impenetrable barrera.
¡Muéstrate
tú mismo!
Déjame
sentir tú esencia.
Anhelado
manjar,
asomarme
en tu ventana,
que
me invita a probar
¡las
heridas del alma!
Quiero
descubrirte,
descifrar
todo código,
que
esconde aquel velo,
puesto
en tus ojos.
No
rehúyas la vista,
no
te escondas, no evadas,
¿no
ves que me embelesa,
la
energía de tus pupilas claras?
¡Hagamos
contacto visual!
Hazme
saber que estas presente,
que
toda tu atención,
tú
me la concedes.
Porque
si esos cristales,
tú
posas aquí,
todo
derrumbas,
muy
dentro de mí.
Ardientes
luceros,
fanales
incandescentes,
concédeme
entender,
al
ser humano que siente.
Retinas
humeantes,
iris
deslumbrante,
¡es
un placer insondable!
No hay comentarios:
Publicar un comentario